Ciudad de México, 26 may (Prensa Latina) El programa Hecho en México mantiene hoy su avance en este país, como parte de una iniciativa del gobierno dirigida entre otros objetivos a incrementar la producción nacional y fortalecer el mercado interno.
Según datos de la Secretaría de Economía, un total de 623 empresas contaban hasta el viernes pasado con la autorización para el uso de esa marca de certificación, con 1983 productos registrados, cuyas vocaciones están orientadas a sectores disímiles.
Entre estos, sobresalen automotriz, aeronáutico, electrotécnico, línea blanca, alimentos, refresquero, bebidas alcohólicas, textil, cosméticos, ropa e industria del papel.
A juicio de la cartera, ello refleja el interés creciente del sector empresarial por integrarse a esta política pública que promueve el aumento del contenido nacional, el impulso en la competitividad y la calidad, así como el fortalecimiento del consumo interno.
Hecho en México «es más que un sello: es una herramienta para proyectar lo que somos capaces de producir con calidad, talento e identidad», aseveró el titular de Economía, Marcelo Ebrard.
El distintivo, insertado en el Plan México, reconoce en una primera etapa productos elaborados o ensamblados en la nación que cumplen con altos estándares de calidad, prioriza insumos de origen nacional y el cumplimiento de alguno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.
De acuerdo con autoridades, esto último visibiliza el compromiso de las empresas, así como de México con la Agenda 2030 a nivel mundial.
El mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el 2 de abril aranceles contra el resto del mundo, pero mantuvo en cero las tarifas a los productos de México y Canadá amparados por el tratado de Norteamérica, por donde fluye la mayor parte del intercambio en esta región.
Al día siguiente, la presidenta Claudia Sheinbaum atribuyó a las buenas relaciones establecidas con la administración del vecino territorio norteño el reconocimiento del acuerdo entre los tres países, algo que consideró fundamental en ese momento.
Con un saldo favorable a su país, Sheinbaum optó por negociar mejores condiciones frente a los aranceles al acero, el aluminio y los autos impuestos por Washington, e impulsar el Plan México, que busca mejorar la calidad de vida mediante un crecimiento económico sostenible, inclusivo y equitativo.